Eran mucho más que tiendas de discos
Tras unos años catastróficos, asistimos al resurgimiento de los establecimientos que venden música en soportes físicos
Cada vez que cierra una librería, oímos rasgar las vestiduras. Se recogen las palabras fúnebres del librero, hablan los consternados clientes, se lamenta la perdida para el ecosistema literario. Y me parece correcta esa reacción. Molesta, sin embargo, que apenas se recogieran las clausuras de tiendas de discos, verdadera epidemia cuando irrumpieron el top manta y el MP3.
¿Cuál es tu reacción?