El mediocampista fue la gran revelación de la Selección Colombia y la Copa América.

La Selección Colombia fue subcampeona de la Copa América 2024, para la mayoría de los críticos fue la que mejor jugó a lo largo del torneo, en las cuentas de todos estaba el final de una espera de 23 años y el campeón fue Argentina. Porque es fútbol, nada más y nada menos.

Y aunque pasaran ya los balances y las cuentas de los días felices -antes del dolor de Miami- todavía quedan un par de cosas por decir de las buenas presentaciones de la selección nacional en el mano a mano con los más poderosos del continente. 

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​La más importante a esta altura, la realidad de un hombre que fue la revelación del equipo de Néstor Lorenzo y de la Copa América, el mediocampista Richard Ríos. 
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​Cuando se debatían los méritos de Matheus Uribe para mantenerse en las convocatorias y algunos dudaban tras los altibajos de Kevin Castaño, la primera gran solución que encontró el DT para el relevo tras la salida de Wilmar Barrios, emergió la figura de un espigado mediocentro, con escuela brasileña y picardía antioqueña, que no buscó el fútbol de campo, solo se dejó encontrar.
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​Ríos es distinto incluso en eso: se convirtió en figura en un deporte que no fue su prioridad, pues emigró para probar suerte en el fútbol-sala, y la habilidad que ganó ahí acabó siendo la base de su talento: control, regate, pase, remate, centro... todo lo probó ante la afición del continente, que alucinó, por ejemplo, con el desplante al campeón de Champions league, Federico Valverde:

Hecho de precisión

El natural de Vegachí (Antioquia) se convirtió en el favorito de los críticos y en el titular sin discusión de su selección nacional porque ofreció lo que al menos tres entrenadores buscaron y nunca encontraron: el mediocentro para el primer pase. 
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Ríos lo es porque es hábil e ingenioso pero además brillante para leer el mapa completo de los partidos, para ser indetectable con sus pases certeros o su potente remate desde afuera. ¿Pruebas? Pase y sírvase:

Un año de locura
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Ahora se dice que iría al Milan de Italia, que lo siguen desde la Premier League, que Palmeiras corre con nuevas condiciones contractuales, casi sorprendido de la explosión de un jugador que supo hacer la fila hasta volverse allí también indiscutible. 
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Si les faltan argumentos a sus manejadores para elevar el precio, ojo a sus números en un 2024 de locura: 4,4 recuperaciones por partido, 1,9 quites, 49 por ciento de recuperaciones, 50 pro ciento de duelos ganados, 84 por ciento de precisión en el pase, y por si fuera poco 1 asistencia y 2 goles, en realidad golazos, para una calificación promedio de6,9.
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Así que si usted tiene un club de fútbol y una chequera voluminosa, su hombre ya jugó y ganó en Flamengo y en Palmeiras, tiene solo 24 años, mide 1,86m y es garantía pura de sacrificio y precisión. Ponga el nombre en la carpeta y levante el teléfono antes que se le adelanten: Richard Ríos Montoya, de Colombia para el mundo.