Países Bajos: los hijos de un país atrapado por el narco
Una generación de adolescentes se mueve en el filo: entre las mafias que los reclutan para traficar y los esfuerzos de policías, agentes sociales y algunos políticos por mantenerlos del lado de la ley. El narco extiende su presencia mediante la violencia y un amedrentamiento general que amenaza las instituciones del país. Este es el retrato holandés que poco tien que ver con la postal de las bicis y los tulipanes
Si este reportaje tuviera banda sonora, un himno que nos acompañara a lo largo de estas páginas y hasta el punto final, sería el rap de un chico de 16 años de uno de los barrios más duros de Ámsterdam, El 6. Palabras mayores cuando varios críos de la zona se entrecruzan los puños en señal de saludo e intercambian el código territorial que han aprendido: un movimiento con los dedos para ilustrar ese número. Orgullo de barrio. Pertenencia. Identidad. Alguno de ellos ya suma cicatrices de puñal y todos esquivan como pueden la violencia que cada día deja bombas y explosiones en sus calles. Bienvenidos a Países Bajos.
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