El tecno berlinés es una joya cultural
La declaración de la Unesco del tecno de la capital alemana como patrimonio de la humanidad moderniza su lista de galardonados y empodera la ciudad
La Unesco impulsa desde 2006 un proyecto global en el que participan 143 países que pretende poner en valor prácticas y expresiones heredadas del pasado, como serían las tradiciones orales, artes escénicas, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas sobre la naturaleza y el universo, y también saberes y técnicas vinculados a la artesanía más tradicional. En Europa cuentan con esa exclusiva distinción desde la dieta mediterránea, la cetrería, el vidrio soplado o la pesca del camarón a caballo en Oostduinkerke (Bélgica) hasta la improvisación poética chipriota o el misterio de Elche (Alicante). La última manifestación a unirse a este listado es el tecno berlinés. El anuncio dota de oficialidad a la música de baile como fenómeno cultural. El chorreo de titulares y reacciones no se ha hecho esperar, pero en Berlín parece vivirse de una manera distinta. “Aquí todo sigue igual”, cuenta Carolina Velasco, periodista cultural española que reside en la capital alemana. Velasco, muy en contacto con el día a día de la capital en materia artística, cuenta cómo la designación ha coincidido con otros hitos: la legalización de la marihuana, un movimiento para evitar el desalojo de Tuntenhaus, una casa okupada en la avenida Kastanienallee (la más cool y gentrificada de la ciudad) considerada como uno de los últimos baluartes de la cultura queer alternativa en la ciudad, las raves que surgen cada fin de semana o las movilizaciones en apoyo a Palestina. “Dentro de todo esto”, cuenta la periodista, “lo del tecno es una cosita que tampoco nos va a cambiar la vida”.
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